sábado, 26 de noviembre de 2005

El viernes ya no es tan cansino

La mañana ha sido más complicada. Rodeada de fumadores en un congreso le ha apetecido, con muchas ganas, encender un cigarrillo una vez. Sin embargo, ahí estaban las diez calorías del caramelo para suplir estupendamente a la asquerosa nicotina. No hay problema, si el peso se sube, se puede bajar... Sin embargo si se siguen manchando los pulmones, será más difícil limpiarlos. Pues eso, un caramelo, un poco de descanso al mediodía... y una tarde muy buena. Paseando, aunque haga frío, no le motivó la idea del cigarrillo, al menos hoy. Además, es la primera vez que puede llevar guantes, porque para abrir un caramelo no hace falta enfriarse las manos.
Y por si fuera poco, la capacidad pulmonar va mejorando. Todo un logro que no había conseguido con tres meses de gimnasio.