martes, 21 de noviembre de 2006

Mirando más lejos


Ha pasado el primer año sin fumar y creo que de forma holgada. Le regalé un pijama del que se había encaprichado unos días antes y se llevó una gran sorpresa. No se lo esperaba. La verdad es que si no hubiera sido esa la excusa de hacerle el regalo hubiera sido otra. Ahora estoy convencido de que el tabaco ya no es una prioridad en su vida, y que algo muy extraño tendría que pasar para que volviera a coger otro cigarro. No sé, pienso que quizás un día fume uno... Y probablemente no pase nada, pero... y si son dos? Y si son tres? Y si vuelve a coger el hábito sin haberse dado cuenta? Creo que ése es el único riesgo. Espero estar ahí para advertirla.