miércoles, 11 de junio de 2008

Y ya son casi mil...

Ya son casi mil días sin fumar. Y más de un año sin escribir. El blog, más que muerto, está latente. Hoy, en medio de la crisis económica, ha salido el tema del tabaco. "¡Menudo ahorro!", me ha dicho. "Ya te digo", he dicho yo.
Hace unos días fui al médico. En una pared del centro de salud un cartel volvía a animar a los ciudadanos a dejar de fumar y a pedir ayuda al médico de cabecera. Sobre esto ya he escrito antes. Aunque sea a nivel de imagen, parece que Sacyl (o la Junta de Castilla y León) está más mentalizada en eso de animar a todos a dejar de fumar. Yo simplemente espero que a la gente le siga siendo útil este blog.
De vez en cuando recibo comentarios, me hace ilusión, la verdad.

10 Comments:

Blogger OCHOMIL dijo...

Enhorabuena por esos mil dias que ya quisiera yo llevarlos;pero solo llevo tres semanas de tratamiento y la verdad estoy bastante ilusionado en dejarlo definitivamente.Pero se que esto es una lucha de dia a dia y que un camino se comienza con un paso,Creo que estoy en el camino y creo que hay que animar a todo los fumadores a dejarlo,por el ahorro economico pero sopbre todo por el ahorro de enfermedades.Un saludo afectuoso

17/6/08 10:36 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

me elegro mucho de tu decisión tomada.
un saludo

18/7/08 9:00 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

me alegro muchisimo por ti..........
¿como diste ese gran paso? a mi tb me gustaria dejar de fumar pero.........

un beso

24/8/08 2:25 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Interesante el artículo y sobre todo la fuerza de voluntad para dejar de fumar. Eso es una prueba fehaciente de que el querer es poder y que la decisión tomada por nuestro amigo ha sido un éxito en su vida personal.

Gracias.

28/8/08 11:01 p. m.  
Blogger Sara dijo...

Fuera humos!

Gracias por este interesante artículo que nos has regalado!

18/9/08 2:30 p. m.  
Blogger OCHOMIL dijo...

Y ya son 110 dias sin envenenarme.Ventajas?-todas.Inconveniente?-puedes coger algunos kilitos,pero esto tiene mas facil solucion que el fumar.Para dejarlo hay que estar totalmente convencido y armarse de razones,pedir ayuda y dejarse ayudar.Animo a quien lo intente,el poder está en nuestra mente

18/9/08 9:57 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Buf, 1000 días ya. Enhorabuena. Te admiro. Yo lo he intentado varias veces y siempre recaigo. Estoy buscando métodos para dejarlo porque ninguno hasta ahora ha resultado.

Un saludo y sigue así.

16/10/08 2:29 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

aqui tienes un cenicero que hara dejar de fumar a cualquiera
http://www.regalius.com/epages/ea6334.sf/es_ES/?ObjectPath=/Shops/ea6334/Categories/%22Regalos%20Originales%22

14/11/08 8:14 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

hola, os encontré casualmente. quiero animar a todos los que intentan dejar de fumar. fui fumadora, muy fumadora durante más de 30 años, hasta que un día decidií que no iba a dejar que el tabaco organizase me vida, dónde podía ir, cómo podía viajar, etc. de eso hace ya 3 o cuatro años, no me acuerdo bien. pero creo que lo conseguí, porque ahora ya ni me acuerdo del tabaco, ex cepto cuando estoy con gente que fuma y digo: que bien que lo dejé! animo!! se puede conseguir. suerte.

7/12/08 11:07 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

DENUNCIA SOCIAL: ¿Por qué tengo que respirar el humo de los demás?
Esto es lo que me planteo yo cada vez que tengo que estar en sitios públicos, detrás de esta cuestión se pueden hacer muchas reflexiones y obtener múltiples respuestas, pero a mí la primera que se me viene a la cabeza es: EGOÍSMO. Egoísmo de aquel que con su decisión individual de fumar, me impone respirar el humo de sus cigarrillos, sin respetar mi libertad. ¿Pero por qué la gente no es consciente de este egoísmo?, pues creo que la respuesta está en nuestra cultura: una cultura del ocio que sin alguna razón lógica incluye el tabaco, el alcohol, incluso otras drogas.
A pesar de la existencia de la Ley antitabaco, ésta no está controlada dentro del ocio ni se hace cumplir. Yo me pregunto qué sentido tiene una ley que permite al local inferior en extensión a 100 metros cuadrados, a poder decidir entre dejar fumar y no hacerlo (la realidad todos sabemos cuál es, la elección para los dueños no es difícil.)
Por otra parte, los locales mayores de 100 metros cuadrados tienen la obligación de habilitar zonas separadas y completamente aisladas para no fumadores. ¿Quién controla esto?, la gran mayoría de los locales, aun habiendo tenido su tiempo para la reforma, no han cumplido esta ley. Esta situación es lamentable, y lo de poder elegir, a mi modo de ver es una tomadura de pelo para los no fumadores, cuyo derecho a respirar ambientes libres de humo no está siendo respetado. Yo particularmente me veo “obligada” a no salir, ya que estoy privada del derecho de tener un ocio sano.
El tabaquismo nos afecta a todos, no sólo al que fuma, todas las personas tienen derecho a la protección de su salud. Sin embargo existen colectivos especialmente sensibles al humo del tabaco, como todos aquellos que padecemos enfermedades respiratorias. Entre estas enfermedades se incluye la fibrosis quística, una grave enfermedad que afecta fundamentalmente a pulmones y páncreas.
Qué es la FQ
La Fibrosis Quística se debe a una mutación genética localizada en una proteína: la CFTR (Cystic Fibrosis transmembrana reguladora), esta proteína es la encargada de regular el paso de Cloro a través de la célula. Esta ausencia de la actividad de los canales de Cloro da lugar a una serie de complicaciones clínicas que se localizan fundamentalmente en los pulmones, que se van deteriorando progresivamente debido a infecciones crónicas difíciles de controlar.
Pero la Fq es también una enfermedad estresante, evolutiva y difícil para los pacientes y sus familias. La Fq significa también limitaciones como consecuencia de las bajas que sufrimos, los ingresos, la fatiga, el cansancio… Pero la limitación de salir por la noche o frecuentar lugares de ocio tales como discotecas, bares o pubs, no nos la impone nuestra enfermedad, nos la impone la sociedad, que impone sus intereses (fumar) sobre los intereses de otros (ocio sano sin humos) y su derecho a la salud.
Por lo tanto, desde el derecho a la protección de la salud y desde el derecho de la integración de personas con minusvalías, fumar en lugares públicos debería estar prohibido.
Desde la LISMI, se establece la prevención como obligación del Estado, ¿pero está el Estado cuidando de la salud de sus ciudadanos y en este caso de las personas con minusvalía, permitiendo fumar en sitios públicos?
La Fq es una enfermedad especialmente vulnerable a los efectos del tabaco, ¿por qué no se nos protege, por qué el ocio nocturno se desatiende, y resulta ser un privilegio para el fumador? Sin embargo el derecho a un ambiente libre de humos es de todos, el tabaco nos hace mal a todos, no sólo a personas enfermas.
El ser humano es un ser social que necesita de las relaciones de los demás para vivir, necesita de los vínculos afectivos con otras personas, que sirven de prevención de diversas enfermedades emocionales y que al mismo tiempo constituyen un apoyo fundamental para las enfermedades físicas. La salud es un completo bienestar de los sistemas físico, psicológico y social, sistemas que no son independientes unos de otros sino que se influyen y afectan entre sí. No cabe duda que la discriminación a la que se ve sometido el no fumador influye en su vida social, que queda limitada a no ser que opte por sacrificar su salud física, tesitura que no es razonable de ningún modo.
Las alternativas de ocio son muchas, como algunos estarán pensando, pero eso no significa que el no fumador tenga que renunciar el ir a una discoteca o reunirse en un bar o pub con sus amigos, por el hecho de que pueda hacer otras cosas. Todos tenemos derecho al ocio que queramos.
Creo que la raíz del problema está en los valores y la cultura que desde las escuelas y en la sociedad se está inculcando, de tolerancia al tabaquismo, así como el no respeto a los derechos individuales. No estamos educando a nuestros jóvenes en la asertividad de lo que resultan múltiples conductas agresivas y no tolerantes, como el fumar en lugares públicos.
La mayor parte de las personas que hacen uso de locales de ocio nocturno, no es consciente de que su opción individual de fumar le convierte en agresor de la salud de las personas que comparten espacio con él. No respeta la libertad y los derechos de los otros usuarios, en definitiva, impone su decisión de fumar a los demás, atentando contra la salud pública, amparándose en muchas ocasiones en la ley.
Pero en mi opinión no porque la ley les permita fumar en lugares públicos, estas personas dejan de ser responsables de sus hechos, ni dejan en mi opinión de comportarse de forma egoísta, ya que uno siempre puede elegir como actuar, y valorar si su conducta está siendo poco ética o solidaria.
Si el gobierno no pone freno a esta situación mediante leyes que velen por la salud de todos, no está haciendo sino convertir el ocio nocturno, y en general el acceso a cualquier bar de calle, en un privilegio de aquel que no valora ni respeta su salud ni la de los demás: el fumador. Lo que supone una discriminación del NO FUMADOR en toda regla. A ir a tomarnos un café, o a reunirnos con nuestros amigos, tenemos derecho TODOS, y a hacerlo en una ambiente sano.
No cabe duda de que el cambio de actitud no se consigue con una ley, sino que se conseguirá desde la reflexión individual de cada uno sobre el respeto y la tolerancia, así como desde la educación en valores, replanteándonos una cultura dominante que une el tabaco con el ocio pasando por encima de la salud de todos, algo totalmente irracional, que constituye un grave problema en España así como un retraso ético y moral con respecto a otros países.
No obstante es la Ley la que debe poner freno inmediatamente a esta injusticia social y proteger la salud de todos.
Que las cosas se hayan hecho siempre de una manera, no significa que estén bien hechas, debemos reflexionar sobre problemas que a todas luces no parecen propios de la época que vivimos. Avanzamos en las nuevas tecnologías, en las ciencias, hacemos y tenemos cosas que hace tiempo eran impensables. Queremos ser personas de nuestro tiempo, estar a la última en todo, sin embargo en algo tan básico como el respeto de los derechos de los demás parece que no hemos evolucionado tanto. ¿De qué sirve todo lo demás si no sabemos convivir?

Tienes derecho a fumar, pero no a convertirme en fumador pasivo.


Aurora Jiménez Agudo.

15/3/09 11:46 a. m.  

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