Pasaron las navidades sin fumar. De vez en cuando me ha repetido el gesto con el que quiere decirme que en ese instante, justo en ese instante, le apetece mucho fumar. Pero sigue siendo un momento. Creo que está pasando una fase rara, distinta. Pienso que, por un lado, es una mezcla de querer estar convencida de que ya no es adicta al vicio con, por otro lado, la sensación de inseguridad que provoca el no saber qué va a pasar si da una calada. Y creo que lo quiere probar para tener una certeza más de que es ex fumadora. Yo le animo a que no se someta a esa tortura, que no tiene razón de ser... Le insisto continuamente (porque además estoy convencido): "Eres fuerte, has podido con ello..." Eso le anima y durante unos días se le olvida.
