Hoy, como sabéis quienes seguís el blog, tocaba sesión con la psicóloga de la Asociación contra el Cáncer. La charla ha sido intensa, y ha dado mucho jugo que iré desgranando en los próximos mensajes. No soy amigo de escribir largos artículos, sino más y breves para que la digestión se pueda hacer mejor.
Lo que más me ha llamado la atención, y espero que a alguno le ayude y le dé pistas sobre cómo afrontar el síndrome de abstinencia del tabaco, es que el mono ataca donde a uno más le duele. Así, si alguien es propenso a padecer de garganta, el dejar de fumar le deja afónico varias semanas; si es estreñido, se pasa varias semanas sin ir al lavabo; si es ansioso, los ataques parece que vuelven cuando uno cree que lo tiene más que asumido. ¿Increíble, no? Hasta qué punto puede llegar el hecho de abandonar el vicio...