La campeona
Con el cardiólogo frente a frente se ha sentido orgullosa y campeona: "Llevo ya 13 días sin fumar", le ha dicho. Él, majo y de aspecto profesional, le ha animado a seguir con esta aventura. "Fumar es de cuarta división", le ha dicho. Se lo ha dicho de forma tajante y sin darle más vueltas. El mensaje era claro y espero le haya calado, sobre todo después de decirle que aparentemente no hay nada malo.
Lo más gracioso de la tarde ha sido cuando buscaba en el bolso un caramelo para saciar su ansiedad. No había. Tampoco ha pasado nada. Hoy es de esos días que lo lleva bien.
Lo más gracioso de la tarde ha sido cuando buscaba en el bolso un caramelo para saciar su ansiedad. No había. Tampoco ha pasado nada. Hoy es de esos días que lo lleva bien.
Escrito por Argonauta a las 10:27 p. m.
1 Comments:
Hola Campeona y Argonauta.
Me presento. Soy exfumador desde hace 3 años. Fumé durante 15 el tabaco que normalmente se fuma durante 60. Y no hay día desde hace 3 años en el que no me alegre de la decisión más acertada de mi vida.
Me siento como Jason Newsted al dejar Metallica. Feliz, pleno, exultante. Es lo mejor que he hecho en mi vida, y sé que jamás me arrepentiré.
No es solo el haber abandonado un vicio asqueroso, como pone en los libros. Mal olor, mal sabor de boca, dinero a manta, molestias a los demás, comportamientos de yonqui, esclavitud ridícula, suciedad,... No es solo eso, que ya bastaría. Ni mucho menos.
Es la sensación permanente que me acompaña desde entonces de que SOY CAPAZ DE TODO. DE TODO LO QUE ME PROPONGA EN LA VIDA. DE TODO. Me siento orgulloso de mí. En ocasiones superior. Sobre todo superior a los fumadores. Es una sensación interior de alegría. Un cosquilleo. Algo sutil, pero que está. Siempre.
Y todo ello acompañado de sensaciones que no conocía. Acompañado de dulces besos. Dulces para quien me los da. Del olor de los postres. Del sabor a frutas del vino blanco. Del aroma del perfume de quien se cruza en mi camino.
No he sentido la llamada del cigarro ni una sola vez desde entonces. Sé que no la volveré a sentir jamás.
Nunca podría dejar de oler a mis hijos. El olor a miel y a canela de mis pequeños. Nunca. Por nada del mundo.
Ánimo campeona. Decidirte fue lo difícil. Ya puedes perder la cuenta de los días. No la necesitas. Sabes que ya no volverás.
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