martes, 15 de noviembre de 2005

El corredor de la muerte

Con este gracioso calificativo me ha descrito hoy el pasillo de fumadores por el que ha tenido que pasar. "Hasta los que no fumaban, hoy lo hacían", me contaba. Se ha enfrentado a decenas de personas fumadoras, se ha ahogado en el humo de los demás y el único estrés se lo ha provocado el cúmulo de cosas que hay que hacer antes de llegar a Navidad.
Yo he pensado que la confianza, como en muchos otros ámbitos de la vida, es fundamental para ayudar al fumador a dejar de serlo. ¿Quién me dice a mí que no ha dado ni una calada? Pues eso, la confianza. A las tontas, nos encaminamos al sexto día sin humos. Estoy convencido de que 'el fumar' se va a acabar.